sábado, 7 de junio de 2008

7 de junio. Día del Periodista.

por Raúl Nicolás Fernández

Hoy se celebra en nuestro país el Día del Periodista. La fecha, por supuesto, no es arbitraria: el 7 de junio de 1810 Mariano Moreno fundaba La Gazeta de Buenos Ayres que, si bien no fue el primer periódico publicado en estas tierras, sí fue el primero en importancia e influencia.
El lema de La Gazeta era más que significativo: “Rara felicidad de los tiempos en los que se puede sentir lo que se quiere y decir lo que se siente”.
La faceta de periodista en Mariano Moreno quizás quede ensombrecida por su activa participación política en la Revolución de Mayo.
En el primer número del diario, Moreno escribió: ‘El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal. Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal con el título de “Gazeta de Buenos Ayres’ (fuente: elhistoriador.com).
Es llamativo la actualidad que tienen las palabras de Moreno 198 años después. Si bien La Gazeta era un órgano de difusión del gobierno revolucionario, su creador estaba sentando las bases de la profesión de periodista.
Carlos Polimeni escribió un, a mi juicio, muy buen artículo publicado en el diario Miradas al Sur el domingo último. El mismo se titula ¿Obediencia debida o desobediencia de vida?. Reflexiona allí sobre algunas cuestiones que debería plantearse el periodismo actual. Señala, entre otras cosas, la banalización a la que es sometida la profesión: "... a buena parte de los periodistas de televisión les importa más si la corbata luce en cámara que aprender a conjugar bien el pretérito pluscuamperfecto...".
Polimeni también denuncia uno de los males más dañinos que padece hoy el periodismo: "... es que así como los funcionarios pasan y los medios quedan, también los puestos de trabajo son efímeros, y la calle está dura para los que no recitan los catecismos convenientes...".
Es evidente que el rol de los medios de comunicación fue cambiando en estos últimos años. Y el periodismo no puede salir inmune. Una corriente de pensamiento hegemónica plantea que el cambio es negativo.
Ya no se percibe al periodista como un referente. En todo caso, se lo concibe como un engranaje más de la llamada "máquina mediática", que tiene a cargo la función de informar (o desinformar), de distraer, de vender, de espectacularizar todo lo que entra dentro de la categoría " realidad".
Nos esperan tiempos dificiles a aquellos que, como yo, intentamos ser periodistas en el mediano plazo. Por ahora el rótulo me queda grande, como seguramente le queda grande a muchos que se tildan de "periodistas".
No estoy de acuerdo con que se hable del periodismo como un oficio. Es una profesión, existe desde hace unos cuantos años como carrera universitaria y, aquellos que la ejercen, deberían tener un título que los avale. El tiempo dirá si son profesionales excelentes o mediocres. No se trata aquí de discutir esto.
El periodismo debería ponerse exigente consigo mismo. Sino cualquiera puede tener de oficio el ser periodista. Como si se dijera "despunto el vicio, soy periodista". Creo que esta concepción desmerece el trabajo de miles de profesionales y, por otra parte, valida y autentifica lo que hacen ciertos advenedizos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

estimado raul:
la triste realidad nos marca que la television basura y los "pseudos" informes periodisticos nos hacen creer que el unico periodismo que existe es el tragicomico, el que hay que tener esa pìzca de humor para contar una noticia, sin reparar siquiera en la gravedad de la misma...me adhiero a la idea de que el periodismo debe reidelizarse para lograr una profesion apasionante y digna...saludos a todo tu equipo y adelante!!!!!!!!

Raúl dijo...

Gracias, Diego, por tu comentario. Lo agradezco y lo valoro en nombre de aquellos que, como futuros periodistas, no nos resignamos a ser más de lo mismo.Un abrazo. Raúl.

Anónimo dijo...

Se feliz solo un instante,y ese instante será tu vida.