martes, 4 de noviembre de 2008

Votar en la lavandería

por Raúl Nicolás Fernández
Siguiendo el tema de las elecciones norteamericanas dí con esta fotografía, perteneciente a la agencia de noticias AFP (Agence France Press). En ella vemos cómo una señora emite su voto electrónico en una de las máquinas instaladas para ese fin. Lo llamativo de esto es que las máquinas no están en una escuela, como estarían si existieran en Argentina, sino en un... comercio!!!
Los estadounidenses pueden votar por Obama o Mc Cain en, por ejemplo, una lavandería, mientras esperan que otra máquina, en este caso un lavarropas, termine de higienizar sus medias. ¿Atenta esto contra la calidad institucional de un país? ¿Banaliza la democracia y la instancia del voto? ¿Debería estar presente el mercado en un acto tan importante como la elección de un presidente?
Será que los argentinos, y los sudamericanos en general, atrasamos siglos en materia democrática pero esto para mí es demasiado. De acuerdo con que se agilice la cuestión, de acuerdo también con la comodidad y la practicidad que esto implica. Pero de ahí a votar por un candidato para que presida el país más poderoso del mundo en un laverap o en un Mc Donalds, sinceramente no lo puedo entender.



sábado, 1 de noviembre de 2008

El periodismo y sus sicarios

por Raúl Nicolás Fernández

Es sabido que el ejercicio del periodismo no es una actividad que pase desapercibida para la sociedad. Más aun cuando quienes lo ejercen son personas, y personajes, de amplia llegada al público masivo, cuyas opiniones influyen directa o indirectamente en las percepciones de los ciudadanos. Es sabido también que esta profesión no es cien por ciento independiente, que está teñida de intereses políticos y económicos de toda índole. Sin embargo, y aun estando al tanto de estas cuestiones, no deja de llamar la atención el vuelco que dan a sus opiniones ciertos periodistas.
Los que hoy tienen un perfil opositor quizás mañana sean oficialistas. Tampoco puede sorprendernos que pasado mañana se opongan a ese oficialismo al que defendían a ultranza. ¿Qué factores influyen para que algunos cambien tan rápido de parecer? ¿Puede considerarse verdaderos periodistas a aquellos que evidencian tal liviandad e inestabilidad en sus opiniones?
En Colombia se conoce a los sicarios como asesinos a sueldo contratados por gente poderosa, por lo general vinculada al narcotráfico, que cumplen con su "trabajo" sin cuestionarse por qué deben asesinar a tal o cual persona. El dinero que reciben acalla todas sus preguntas. El victimario (autor intelectual) de hoy tranquilamente puede convertirse en sus víctimas de mañana.No habrá vacilaciones en los sicarios, su lógica es la del dinero. El cliente siempre tendrá la razón, sobre todo si es el que mejor paga.
Salvando las distancias, existe entre nuestro periodismo una especie de sicariato. Está presente y llegó para quedarse, junto con la efredina, de la que tanto se habla por estos días y que, justamente, parece que instalaron en el país los narcos colombianos y mexicanos.
Pero los sicarios del periodismo no son asesinos, literalmente hablando. Podemos, debemos, llevar esta comparación al plano de lo connotativo, del lenguaje simbólico o figurado. Los periodistas - sicarios "matan" a quienes les hayan encargado los patrones de turno. A sus víctimas, entonces, las barreran con certeras ráfagas de críticas, no les darán respiro, los acorralarán hasta verlos "muertos". Mañana, quizás, los resuciten con esas mismas plumas que decretaron sus defunciones. Presten atención, están en los principales medios de comunicación del país, reviviendo a quienes habían matado y matando a los que eran sus patrones. No se los puede llamar periodistas. Tienen la lógica del sicario.