miércoles, 7 de mayo de 2008

Y nosotros nos quejábamos del humo...

por Raúl Nicolás Fernández


foto: Alfredo Leiva (extraída de La Nación.com)



Ya nadie se acuerda del humo en Buenos Aires teniendo en cuenta la situación que vive la ciudad de Esquel y sus alrededores, cubierta desde hace días por una lluvia incesante de cenizas provocada por la erupción del volcan chileno Chaitén.
Acá todo era humo. En Esquel todo es ceniza. ¿Cuántos de nosotros se hubieran suicidado ante el panorama que les toca vivir hoy a los pobladores patagónicos? Los habitantes bonaerenses somos proclives a la intolerancia y al estado de pánico. Inclusive ante factores climáticos o naturales. El hombre del mal llamado "interior" del país ( siguiendo siempre esta visión "buenosairescéntrica" que tan bien nos hace sentir) es más sabio ante circunstancias de este tipo. Vive el acontecimiento de otra manera, sin tanto dramatismo. Con esto no digo que se quede dormido en los laureles, sino que no entra en estado de paranoia. Busca solucionar el problema, si es que está a su alcance hacerlo, sino espera.
La gente de Esquel no puede hacer nada ante la furia del volcán, sólo esperar a que se calme. Mientras tanto la ceniza lo invade todo, excepto su capacidad de razonar. Una vez más, tendremos que aprender de nuestros compatriotas "del interior". Me refiero a nosotros, los porteños o bonaerenses, que hasta hace unos días nos ahogábamos en un vaso de humo.

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